sábado, 2 de enero de 2016

Capítulo 10

-¿Qué...qué haces aquí? - pregunto tartamudeando.
-La pregunta es, ¿qué haces tú aquí, en mi casa?
-¿Esta es...tu casa?
-No me jodas que...- que listillo, se acaba de dar cuenta de que los dos tenemos un grave problema. - ¡Me cago en mi puta raza!
-¿Piensas que yo quiero vivir contigo? Mierda...Si se entera Wesley me mata...
-¡Solo piensas en ti! ¡Yo voy a tener que convivir con esta...esta...¡esta bestia! - <<What? ¿Bestia yo? Por favor, si soy un ángel>
-¡Antes dormiría en la calle que vivir contigo!
-Pues bonita, tendrás que aguantarte.
-¡Pues bien!
-¡Pues vale! - subo las escaleras rápido y me voy a mi habitación. Dios, ¿por qué él? Ya lo odiaba bastante, ahora lo odiaré aún más, si eso es posible claro...
Al día siguiente me desperté cansada, me puso una camiseta blanca, escotada y corta, unos leggins negros y unas zapatillas con plataforma. Bajo a la cocina, el cretino está desayunando.
-Buenos días....-murmuro.
-Buenos serán para ti...-murmura él. Hago como si no oyese su estúpido comentario.
-¿Vamos juntos al instituto?
-¿Quieres que nos vean juntos?
-No tengo el carné de conducir.
-Joder, eres vaga para sacarte el carné de conducir y no para pintarte las uñas. - refunfuño.
-Será porque pintarse las uñas es mucho más fácil que conducir...- rodeo los ojos.
-Pues si nos ven juntos, no te quejes, ¿ok?
-¿Desde cuando eres tan egocéntrico? - se levanta y se acerca hacia mi lentamente.
-Desde que te conocí a ti... - dice serio
-Eres un capullo. - digo mirándole desafiante.
-Y tú lo odias. - sonríe pícaramente y le doy un codazo. - ¡Oh! ¡Cuánto me duele! - dice sarcástico.
-¡Me pones de los nervios! - replico. Cojo mi mochila. - Venga, vámonos, no quiero que esto sea aún más vergonzoso de lo que ya es. - salimos de casa y subimos al coche. Llegamos al instituto, salí rápidamente del coche sin decirle nada a Rubén. Entro en la clase y me siento en la primera fila, cruzo los brazos. Zara se sienta a mi lado.
-Eh, tienes cara de muerta, ¿qué te pasa? - giro la cabeza hacia un lado. - Se nota que estás molesta, no me gires la cabeza, te conozco muy bien. - giro más la cabeza. Ella se ríe. - Oh vamos Cleo, ya sé que tu compañero de piso es Rubén. - ahora sí que giro la cabeza hacia ella.
-¿Si? ¿Desde cuando lo sabías? ¿Él te ha contado algo?
-No, pero me lo imaginaba. - ella se ríe y yo me quedo seria.
-Cuando lo sepa Michelle seguramente te matará, ha dicho que como otra chica viviese con él y la conociese, que tendría muchos problemas con ella.
-No es culpa mía de que me tocase vivir con semejante capullo... - la clase empieza de repente, la profesora llega a clase. - ¿Se lo vas a contar a Michelle? - murmuro hacia Zara mientras la profesora prepara las fichas que seguramente nos dará.
-Pues...
-Zara, no.
-Es que también es mi amiga.
-¿La amiga que te quería quemar el pelo?
-Eso era porque maté a su hámster sin querer.
-Eso son chiquilladas. - rodeo los ojos.
-Zara, cámbiate de sitio con Rubén. - dice la profesora.
-¿Qué? - digo yo.
-Que tu amiguita con la que tanto hablas se cambie de sitio con Rubén.
-Joder...-murmuro. Zara alza una ceja y se va hacia el sitio del cretino, y el cretino...se sienta a mi lado. - Esta clase va a ser más larga de lo que pensaba...-murmuro.
-Otra vez nos vemos, ¿eh? - me sonríe.
-Ni me hables.- digo fríamente.
En el recreo me siento en la mesa de las animadoras del comedor. Wesley se acerca hacia mí. Las chicas babean repetidamente ante el culo de mi novio.
-Eh, te he llamado, y no me has contestado. - dice acariciando mi rodilla cariñosamente, enfrente mía.
-No tenía ganas de hablar...
-¿Enserio? - alza una ceja.
-Mi mundo no gira arredor de ti, Wesley, tengo cosas más importantes que atender.
-Cleo, sé que te has ido a vivir a una casa con un tío y no me hace gracia.
-¿Quién te lo ha contado? - <<me cago en la Zara>>
-Tu padre, - rectifico, <<me cago en mi padre>> - y lo repito, no me hace gracia.
-¿No confías en mí? Ja, lo que faltaba...-rodeo los ojos.
-Soy muy celoso, ¿de acuerdo? - <<lo sé hijo, lo sé>> - Y tú ya sabes perfectamente que mis padres están en la otra punta del mundo y que yo te dejaría vivir en mi casa.
-Mi padre ya ha tomado la decisión, si te molesta, te aguantas...- toca de repente el timbre y salgo andando rápido hasta clases. Puto Wesley, puto padre, puto Rubén…

Capítulo 9

Salgo de casa con mi maleta y un bolso negro colgando de mi mano derecha. El taxi está preparado para irse, me subo en el taxi y me lleva a otro barrio, algo lejos de mi antigua casa. Aún no me puedo creer que mi padre fuese tan falso, <<pues créetelo, querida>>. Tampoco me puedo creer que mi habitación, la habitación en la que había vivido 19 años, ahora se quede para dos niñatas...Mi móvil suena, dios, es Wesley. ¿Qué querrá ahora? No contesto y apago el móvil. Desde que Wesley había empezado el instituto no paraba de hacerse el cariñoso conmigo...Pero es mi novio, es mi vida y no puedo desconfiar de él. ¿Qué pensaría si supiese que yo estoy dejando de confiar en él? Seguramente se pondría a llorar. Aunque sea el más egocéntrico de todos, por lo menos, en su pequeño corazón, tiene sentimientos. Algo que ni yo ni mi corazón tenemos.
-Ya hemos llegado, señorita. - miro por la ventana del taxi, la verdad es que este barrio no tiene muy buena pinta.
-¿Está seguro que es aquí?
-Segurísimo. - pestañeo varias veces y trago saliva.
-De...de acuerdo. Gracias. Ya le ha pagado mi padre, ¿no?
-Sí señorita. Que tenga un  buen día.
-Gracias, igualmente. - salgo del taxi con mi bolso y mi maleta. Miro la dirección que está apuntada en un papel que me dio mi padre. Busco el piso y cuando lo encuentro, respiro hondo
-Que no sea un friki, por favor, que no sea un friki...-murmuro intentando parecer relajada. Cojo las llaves que mi padre me había entregado y abro la puerta. -¿Hola? - digo en voz alta. Nadie responde.- ¿Hay alguien en casa? - No, no hay nadie. Me voy a la cocina, hay una nota en la mesa. La cojo y la leo:
-Hola, soy tu compañero de piso :) Siento que la casa esté tan desordenada. Espero que te sientas cómoda aquí. He ido a visitar a unos amigos, vendré por la noche. Aproximadamente a las diez en punto. Hasta la cena!
-Ains, que monada de chico...- digo en voz alta. Dejo la nota donde estaba y me pongo mi pijama. Si ahora es mi casa, podré ponerme cómoda, ¿no? Después de vivir un fantástico tour por toda la casa, me ducho y me lavo el pelo. Quiero estar guapa para la cena, no me puedo presentar con cualquier cosa. Seguramente cuando se lo cuente a Wesley se pondrá celoso o le dará una patada a una de las taquillas azules del instituto. Me pongo un vestido negro, poco escotado y unos tacones también negros. Hago una coleta alta e intento hacer la cena. La verdad es que no sé qué cocinar, entonces recuerdo que a un kilómetro de la casa hay un fantástico restaurante chino. ¿Comida china? ¿Le gustará? Bueno, tampoco es que me importe mucho la opinión de ese tío... Dejo la comida en el comedor, la mesa está preciosa. Escucho el timbre, es él. Dejo de mirar la mesa y pongo bien mi vestido. Me pongo un poco de gloss en mis labios y ando lentamente hacia la puerta.
-Por favor que no sea friki...- murmuro rezando. Mi mano está temblando, nunca he compartido ni una habitación ni una casa con alguien. No quiero estropearlo todo con mi amargura. Respiro profundamente, abro la puerta y...
-¿Cleo?
-¿Rubén?

Capítulo 8

A la mañana siguiente me despierto cansada, no tengo ganas de ir al instituto. Me levanto repentinamente, pongo unos pantalones cortos vaqueros, una blusa blanca escotada y unas bailarinas negras. Cojo mi chaqueta y unas gafas de sol. También cojo mi mochila y me voy al instituto. Sin encontrarme a mi padre por la casa.
-¡Oye tía! - grita Zara por los pasillos.
-¿Qué quieres? - digo girándome hacia ella.
-¿Sabes qué he oído? Rubén se va a mudar a un piso compartido pero le falta un o una acompañante. - me guiña un ojo.
-¿Y a mí qué?
-Joder, vete con él.
-¿Estás loca? Era lo único que me faltaba...
-Michelle se lo está pensando, creo que está enamorada de él. La verdad es que es guapo.
-Mira, no voy a perder tiempo, ¿quieres? - rodeo los ojos.
-Oye, ¿te pasa algo? Siempre estás borde pero hoy...estás más borde de lo normal.
-Es por lo de Ben, cosas sin importancia... - me voy a clases intentando no pensar en Ben, dios, ¿cómo me lo voy a quitar de la cabeza? Tengo que hacerle caso a Zara, ella tiene razón. Me ha roto el corazón y no quiero que me pase otra vez, no quiero caer en la misma trampa...
Al acabar el instituto fui a casa rápidamente:
-Hola papá...Ah...Hola Ariadne.
-Hola Cleo. - dice sonriendome, están sentados en la gran mesa de la cocina con algunos papeles. Oh, mierda...
-¿Y las bestias?
-Solo he venido yo.
-¿Y a qué vienes?
-Hija, siéntate. - dice mi padre, intentando parecer sereno.
-Aquí pasa algo raro...- miro con cara desconfiada y me siento.
-Mira, hemos hablado muchas veces de que ya eres mayor y tienes que elegir tu futuro...
-Ya empezamos...-murmuro rodeando los ojos.
-Ariadne y yo hemos pensado que te podías mudar a otro lugar.
-¿Y por qué tendría que hacer eso?
-Bueno...nuestra casa ya es pequeña y la vuestra es más grande...¿me explico bien? - dice Ariadne.
-¿¡Qué?! - me levanto de repente. Cierro los puños con furia. -¿¡Quieres echarme de casa para que esta zorra y sus putos críos se vengan a vivir aquí?! - chillo con fuerza.
-¡Cleo! ¡Habla bien! - dice mi padre levantándose.
-¡Eres un capullo! ¿Sabes? ¡Y cuando me marche de aquí te arrepentirás! ¡Y cuando me vaya de esta casa y de esta porquería de familia me echaréis de menos! ¡Y no volveré jamás!
-Cariño, creo que te estás precipitando un poco. - dice Ariadne intentando tranquilizarme.
-¿Perdona? ¿Que me estoy precipitando? ¡Vete a la mierda! ¡Lo único que quieres es el dinero de mi padre!
-¡Está decidido, te marchas hoy por la tarde! - gritó mi padre.
-¡No te lo crees ni tú! - grito aún más fuerte que mi padre, a mi ni Dios me gana gritando, y menos chillando.
-¡A tu habitación, Cleo!
-¡Esto nunca va a funcionar! - chillo, se me sale una lágrima y subo corriendo hacia mi habitación. Me tumbo boca abajo y empiezo a llorar. Un mensaje aparece en mi móvil, es Wesley. Wow, ¿desde cuándo este se preocupa por mí? Que llame lo que quiera, no tengo ganas de hablar.
Empiezo a hacer la maleta, intentando no llorar. Para conservar mi dignidad...o lo que me queda de ella.
-Me cago en la vida...-murmuro mientras cierro la maleta. A las seis y media bajo al salón. Mi padre me está esperando.
-Cariño, vivirás en una casa compartida con un chico. Espero que no te moleste pero...era la única barata.
-Que nadie toque mi cuarto, ¿vale?
-Pero...
-Que nadie toque mi cuarto.
-Tu padre y yo hemos decidido que sea el cuarto de Abigail y de Agatha, y también el de Loreen...- dijo Ariadne.
-Tu padre y yo, tu padre y yo, ¡tu padre y yo! Por favor Ariadne, todas estas ideas son tuyas.
-Cleo, no empieces.- dice mi padre.
-¿Que no empiece qué? ¿Que no empiece a decir la verdad? ¡Lo siento papá, siempre quieres oír lo que te salga de la gana! - nos quedamos callados.
-Bueno...adiós hija. - mi padre se acerca hacia mi para darme un abrazo pero yo me separo de él.
-Ni se te ocurra volver a llamarme hija...

Capítulo 7

-¡Mamá! - exclama Edgar.- ¡Cleo me ha insultado otra vez!
-Puto niño...-murmuro rodeando los ojos. - Me voy a mi habitación.
-¿Vas a tu habitación? Pues que vaya contigo Loreen, hace tiempo que no habláis.- dice Ariadne entrando en el salón. Loreen sin decir una palabra me acompaña a mi habitación, tuve el sueño de que se cayese por las escaleras abajo, pero no hubo suerte.
-Qué...bonita habitación...-dice irónicamente.
-Cierra el pico, a mi me gusta y punto. - digo molesta, no me gusta que mis "hermanos" entren en mi habitación. Ella rodea los ojos y se sienta en la cama. Se quita sus cascos. Yo cojo mi móvil e intento llamar a Zara.
-¿En serio? - pregunta Loreen.
-¿Qué?
-¿En serio que vas a llamar a tu amiga en vez de hablar conmigo?
-Sé sincera, ni tú ni yo queremos hablar.
-Pero mi madre...
-Pero mi madre...- la imito con un tono desagradable. - Oye, tienes suerte de que te dejase entrar en mi habitación, ¿de acuerdo? Y me importa una mierda lo que diga tu madre. - ella me mira desafiante y se va de mi habitación. - Joder con la gótica esta...-murmuro. Llamo a Zara. No contesta. Necesito hablar con ella ahora mismo. La llamo otra vez.
-¡Hey! ¿Qué pasa tía? - dice Zara.
-Hoy...tengo una cena con mis "hermanos"...
-¡Oh, mierda! ¿Has hablado con Ben? Dime que no.
-Pues solamente le saludé.
-Bien hecho, saludar y a tomar por culo.
-Me ha dicho que quiere hablar.
-¿Hablar? Y una mierda va a hablar ese. - me río un poco. - Te ha hecho mucho daño, y te juro que no te lo volverá a hacer jamás. Ha tenido suerte de que no le quemase la casa.
-Por una parte quiero hablar con él...
-¿Perdona? No, no y no. Ni le mires, ¿de acuerdo? Soy tu amiga y te aconsejo que no.
-Lo...lo intentaré.
-Perfecto.
-Gracias Zara.
-De nada.
-Adiós. - cuelgo rápido y cierro los ojos. Suspiro. Ahora, os preguntaréis, ¿qué me había hecho Ben, para comportarme de esa manera? Simplemente me había roto el corazón. Primero me ilusionó, después jugó conmigo y al final...al final nada valió la pena. Me engañó con una chica pensando que yo era única para él...Y ahora me las va a pagar...
Son las diez y media. La cena estará lista. Bajo a la cocina, todos están sentados en sus sitios habituales de la gran mesa.
-Cleo, digo, cariño, ¿quieres sentarte con nosotros? - pregunta mi padre. Tantas miradas a la misma vez me ponen nerviosa.
-Ya te he dicho que como sola afuera, ¿cuántas veces lo tengo que repetir? - cojo mi plato, que está en la mesa y me voy al patio trasero de casa. Me siento en las escaleras para bajar una pequeña cuesta hasta la hierba del jardín. Joder, qué frío hace. Aunque peor sería estar dentro con las bestias. Acabo de comer rápidamente, busco con la mirada a Akron. Oh, estará dentro de la casa, precisamente en la cocina.
-¿Puedo sentarme? - pregunta de repente Ben.
-Emmm...sí, pues claro...- ala, ya me estoy poniendo nerviosa. Se sienta a mi lado y me sonríe, ve que estoy seria, mirando hacia otro lado.
-No me has contado qué tal tu verano...
-Ni te lo voy a contar.
-El mío fue aburrido.
-¿Quién te ha preguntado?
-Olvídalo...- rodea los ojos. Nos quedamos callados. - Oye, tenemos que hablar de lo que ha pasado.
-No hay nada que hablar.
-Sí que hay que hablar...Mira, fui un capullo, y quiero que me perdones. ¿Me perdonas?
-¿Sabes el daño que me has hecho? ¿Por lo menos lo has pensado un minuto?
-No era consciente de mis actos, y lo sabes.
-No eras consciente de tus actos ni antes ni ahora. Sigues siendo el mismo niñato y no voy a perder más tiempo contigo. - me levanto y me voy andando rápidamente hacia la puerta. Quiero irme ya a mi habitación. Pero él me coge de la muñeca y me giro hacia él.
-Tú sabes que haría cualquier cosa para que me perdonases. - le miro expectante, él acerca su cabeza casi a la mía, pero de repente me aparto. Me giro hacia la puerta y voy a mi habitación. Paso por la cocina como una bala, no quiero que nadie me vea.

Capítulo 6

Al salir del instituto entro en el polideportivo. Hoy hay un partido importante, tengo que estar lista. Me voy a los vestuarios.
-Joder, estoy nerviosa, creo que me voy a desmayar. - dice Michelle.
-Tranquila, todas estamos nerviosas. - contesto con una sonrisa.
-Cuánto tiempo sin verte, señorita Smith.
-Lo mismo digo, señorita Nathan. - nos reímos y nos damos un abrazo.
-Un verano es demasiado largo sin ti...- nos separamos lentamente. - ¿Has conocido a un chico que se llama Rubén? - pregunta, yo asiento con la cabeza.
-Desgraciadamente, sí...- rodeo los ojos.
-Dios, es tan guapo. Creo que le gusto. - refunfuño un poco, no quiero que Michelle se acerque a ese. Pongo el vestido de las animadoras, me queda genial y realza mi trasero. Las animadoras que van detrás mía tendrán muy buenas vistas, y también los tíos buenorros de las gradas. - ¿A ti te gusta, Cleo?
-No, es un capullo. además no es para nosotras. Recuerda que somos animadoras. Solo podemos salir con jugadores o toda nuestra reputación se irá a la mierda.- digo mirándome en el espejo y poniendo mi gloss por mis labios.
-Rubén va jugar al rugby. - trago saliva, mierda, lo que faltaba vamos...- Va a jugar hoy, me lo ha dicho Zara.
-¿Y a mí qué?
-Cuando me cruzo por los pasillo siempre me está mirando, ¡seguro que le gusto!
-No te emociones tanto, los chicos son así. Quieren hacerte ilusiones para dejarte hecha una mierda...
-Solo porque te pasase así con Ben no significa que me vaya a pasar a mí. - le miro desafiante.
-¿Cuántas veces te he dicho que no me hables de él? - pregunto cortante y seria. Ella traga saliva, la entrenadora dice que salgamos, dios, estoy nerviosa...
Al final, acabamos perdiendo el partido. Pero debe de admitirlo, Rubén juega genial al rugby, creo que mejor que Wesley. Después de perder el partido, llego a casa cansada, y me encuentro con...
-¡Hola! - dice Ariadne, al lado de mi padre.
-¿Qué...qué haces aquí? - pregunto tartamudeando. - Hoy no es sábado...lárgate.
-¡Cleo! ¿Cuántas veces te he dicho que no hables así? - pregunta mi padre molesto.
-No pasa nada, te lo explico yo. - dice Ariadne. Dejo la mochila en el suelo. - Como este es el primer día de instituto, tu padre y yo decidimos hacer hoy una cena. ¿Qué te parece? - me sonríe. >.
-Me parece la gilipollez más grande que he oído en toda mi vida. - digo sinceramente. - ¿Dónde van las bestias?
-Están en el salón. Espero que no te importe cenar con nosotros...
-¿Cuándo he dicho que voy a cenar con vosotros? Voy a comer en el patio de atrás. Sola.
-Cleo, vamos, anímate un poco. - dice mi padre, niego con la cabeza.
-No me llames Cleo. Y hoy ceno sola.
-Por lo menos saluda a tus hermanos. - dice Ariadne. >.
-No vuelvas a decir eso en tu vida, ni son mis hermanos ni lo serán nunca.- digo molesta. Voy al salón pasando olímpicamente de mi padre y de Ariadne. Ahora sí, es el momento de presentaros a las bestias...
Edgar, el más pequeño. Tiene solamente 6 años. Ahora mismo está jugando con MI wii.
Abigail y Agatha, son gemelas, tienen 8 años pero son más putas que su madre, están jugando con Akron ahora mismo. Esas zorras me intentaron quemar mi pelo cuando yo dormía tranquilamente. Loreen, la chica emmo, siempre está callada pero cuando habla me dan ganas de estamparla contra la pared. Tiene 17 años. Ahora mismo está sentada en el sofá, seguramente escuchando música de Nirvana, por lo menos tiene buenos gustos para la música...Dylan, un capullo con 19 años, los mismos que yo. Si no está vacilando, está molestando. Ahora mismo, está intentando ganarle a Edgar en un juego de la wii, es penoso, simplemente penoso. Y por último, el más mayor de todos, con 21 años por encima es...
-Ben. - digo impresionada, joder, está mas guapo que la última vez que lo vi. Se nota que ha crecido.
-Cleo. - dice, me sonríe un poco, yo me pongo nerviosa, sin razón alguna.
-Anda, la rubia...-dice Dylan con un tono desagradable.
-Gilipollas. - murmuro.
-Cleo, tenemos que hablar...-dice en acercándose hacia mí.
-No quiero hablar ahora con nadie.
-¿La cena ya está lista? - pregunta Edgar.
-Yo qué sé, no soy la criada de la casa.
-¡Pues yo quiero la comida! ¡Estás tardando, gorda! - Dylan se ríe del comentario de Edgar. 
-¡Eh! ¡A mi no me digas eso que te cruzo la cara, niñato! - digo en voz alta, muy molesta. Ningún niño de 6 años me va hablar de esa manera, y sobre todo, a mi ni dios me da órdenes.

domingo, 16 de agosto de 2015

Capítulo 5

Es Martes. Me despierto gracias a Akron, me está lambiendo la cara con sus babas, qué asco. Pero no puedo enfadarme con mi pequeñín y le acario cariñosamente la cabeza. Me pongo unos vaqueros azules ajustados, una blanca y unos tacones negros. Me hago un pequeño moño en el pelo con algunos mechones sueltos por los lados. Cojo mi mochila y me voy al instituto. Entro por a puerta grande, toda la gente me mira y empiezo a sonreír otra vez. Un par de chicos me miran el trasero mientras paso por sus taquillas, serán guarros. Yo rodeo los ojos. Me encuentro a Wesley por el pasillo y me acerco hacia él:
-Hey preciosa, ¿qué tal? -
-Bien, ¿preparado para las clases? - él me coge de la cintura y me acerca hacia él.
-Te voy a ser sincero, quiero que se acaben ya las clases.- nos reímos.
-¿Hoy vas a jugar al rugby?
-Sí, ¿quieres venir a verme?
-Wesley, soy animadora. Animadora del equipo. Del equipo en el que juegas.
-Es verdad, perdona...
-¿Sabes? Algunas veces me pregunto si te preocupas un poquito por mí.- digo molesta y me voy a clases. Rubén se sienta detrás mía y me pongo nerviosa. En el recreo me siento en la cafetería con las animadoras, yo y Zara estamos sentadas en la mesa con las piernas cruzadas mientras las otras chicas se sientan en las sillas. Los chicos están en la mesa de enfrente. Nicole está morreándose con otro tío para que le haga otra vez los deberes. Wesley no me para de mirar, y yo no le paro de ignorar. Todas las mesas del comedor están llenas. Rubén se acerca hacia la mesa de los chicos.
-¿Puedo sentarme con vosotros? No hay sitio en otras mesas.- preguntó educadamente Rubén.
-¡Vete a otra parte, capullo! - dice Wesley cortante, le divierte mucho meterse con otros que no son de su tamaño.
-Pero...
-De tantas mesas que hay en el comedor. ¿por qué has tenido que venir en especial a esta? Vete a molestar a otra parte. Que nos vas a contagiar con tus gérmenes de friki...- todos los chicos se rieron, yo miro expectante.
-Vete a insultar a tu puta abuela, chaval.- dice Rubén muy molesto.
-¿Quieres pelea? - Wesley se levanta amenazante.
-¡Déjalo Wes! ¡Que sino va a llorar! -dice el mejor amigo de mi novio, Leeh, un negro con suerte que había sido atacado por Akron. Tampoco me importaría que le mordiese, ese tío me cae más mal que mi despertador. Mi novio se tranquiliza.
-Lárgate, gilipollas. - Rubén cierra los puños e intenta no darle una ostia Wesley. Se acerca a nuestra mesa.
-¿Puedo sentarme aquí?
-No, está todo ocupado. - dice Zara tapando el último sitio que quedaba en la mesa de las animadoras. Todas se ríen menos yo. El cretino se gira y empieza a andar.
-¡Eh! - digo refiriéndome a Rubén, él se gira y me mira confundido. - Mi amiga se ha equivocado, hay un sitio de sobra. Siéntante.
-Gracias. - me sonríe. Yo le sonrío un poco. Las animadoras me miran extrañadas a mi comportamiento tan educado.
-¿Qué queréis? ¿Que coma en el suelo? - pregunté en voz alta a las animadoras.
-Vaya, al final sí que tienes corazón. - me dice Rubén mientras las chicas hablan como cotorras.
-Lo que me queda de él...-suspiro.
-Gracias.
-Como y calla, cretino. - ahora estoy molesta, creo que no debería dejarle sentarse en nuestra mesa. Seguramente en un futuro mi reputación bajará a causa de dejarle comer en la mesa de las animadoras a un tipo como él.
-Ya eres una egocéntrica otra vez, vaya por dios...- dice intentando sacarme una sonrisa. No lo consigue. Yo giro la cabeza. - ¿Es porque tus amigas andan diciendo que has sido amable con un friki como yo, dejándole un sitio en vuestra mesa? - yo giro aún más la cabeza, siempre hago eso cuando alguien me pregunta algo obvio. - Bien, pues ahora me voy de aquí y tú les vas a decir a tus amigas que me has echado de la mesa y que esto solo era una broma, ¿OK? - le miro extrañada.
-¿Por qué ibas a hacer eso?
-Porque yo sí tengo corazón. -me sonríe. Él se levanta y se va.
-¿Qué ha pasado? ¿Se ha olvidado su babero? - dice Melanie.
-Le he echado, era una broma, vamos tías, ¡que es un marginado! - todas se empiezan a reír, mientras yo obvservo a Rubén saliendo del comedor. Joder, pues al final Rubén va a ser un buen tío y yo tratándole como una mierda... 

viernes, 14 de agosto de 2015

Capítulo 4

Llego a casa, cansada. Mi padre está leyendo el periódico.
-Cleo 
-¿Si? - digo acercándome hacia él y apoyando mis manos en la mesa.
-Wilma ha llamado. 
-¿Qué quiere?
-Está en New York, me ha dicho que ha conseguido un trabajo.
-¿Y a mí qué me importa?
-Vamos Cleo, es tu madre. ¿No quieres lo mejor para ella? Te quiere mucho.
-Qué pena que yo no pueda decir lo mismo...- rodeo los ojos. - ¿Por qué siempre tenemos que terminar hablando de ella? - bufo y me voy a mi habitación. Me tumbo boca abajo en mi gran cama, pensaba que este día sería más...emocionante. Había esperado todo el verano para llegar al instituto y que las cosas volviesen como antes. Alguien me empieza a lamber la oreja, me río como una loca.
-¡Akron! - sonrío. - ¡Pequeñín! - digo con una voz chillona. - ¡Ayy! - digo acariciándole rápidamente.- ¿Quién es mi pastor alemán favorito eh? ¿Quién? ¡Sí! ¡Tú! -  Akron empieza a ladrar, yo le doy un beso en su cabeza. Bendito sea el día en el que le avisaron a Wilma que no podía tener más hijos y de que me compraran a Akron. Estoy toda la tarde aburrida, ni Zara ni Nicole se han molestado en llamarme. Wesley tampoco me ha llamado, siempre está con su puñetero rugby. Bueno, tampoco voy a hablar demasiado, soy la animadora n° 1 de nuestro instituto. Esa es una de las razones por las que soy popular.
A la hora de cenar, bajo con mi pequeñín, mi padre está sentado enfrente mía, una gran mesa nos separa. ¿Para qué una mesa tan grande si solo hay dos personas en casa? Por la novia de mi padre (mi padre sigue insistiendo que la puedo llamar mamá, pero yo le llamo por su nombre, Ariadne). Bueno, pues ella venía todos los sábados a cenar con sus 6 hijos, sí, 6. Ariadne es más puta que las gallinas. Este verano no les he visto, porque todos lo veranos se van de vacaciones y no vienen a cenar. Pero el próximo sábado vienen a cenar. Un verano sin ellos ha sido la gloria bendita.
-Bueno...¿qué tal el instituto? - pregunta mi padre para romper el hielo.
-Supongo que bien...-miro la pizza, no creo que la vaya a comer, mientras apoyo mi cabeza en mi mano izquierda.
-¿No te gusta la pizza?
-¿Sabes las calorías que contiene esto? ¿Qué quieres? ¿Que engorde? ¿Es eso?
-Por favor Cleo, estás delgada. Deberías comer un poco más...
-No, gracias.
-Pues yo no la voy a tirar.
-Tengo una manera mejor de aprovechar la comida que no quiero. - dejo mi plato en el suelo y Akron come toda la pizza.
-Cleo...- dice mi padre alzando una ceja.
-¿Qué?
-Tenemos que hablar... Mira, sobre lo del piso compartido sería mejor para ti porque...
-Me voy a mi cuarto, mañana tengo insti...- me levanto rápidamente y subo a mi habitación. No quiero hablar del puto piso compartido. Me tumbo en la cama y antes de que me dé cuenta, ya estoy durmiendo.